domingo, 12 de enero de 2014

CAPÍTULO 20

CAPÍTULO 20


Minho sintió como si la piel le fuera a reventar. Necesitaba sexo, pero no podía conseguirlo aquí... al menos, no de la clase que necesitaba para alejarse del borde. Las mujeres Pami... ‑especialmente Min‑ no estaban dispuestas a recibir lo que él necesitaba dar. Simplemente no podía hacerlo. Terminaría lastimando a una de ellas, y entonces habría mucho que pagar.
La violencia era su segunda elección. Había un mundo entero lleno de Yokai allí afuera que necesitaban ser asesinados, pero no podía resignarse a dejar el Castillo Matsumoto para hacer el trabajo. No podía resignarse a dejar a Kibum.
Joder.
Empujó la pesada barra de las pesas arriba otra vez, esperando que el esfuerzo físico de levantar pesas lo mantuviera centrado sólo algunas horas más. El sudor le brotó del cuerpo y sintió el corazón como si fuera a explotar, pero continuó empujando.
¿Necesitas algo? preguntó Joon.
El cuerpo del Amaterasu estaba repleto de músculos. Era más que capaz de echarle una mano a Minho.
Atrás gruñó Minho.
—Como quieras dijo Joon. Necesito regresar a entrenar de todos modos. La hora del recreo se acabó.
Pero el hombre no se fue. Estaba allí, observando silenciosamente mientras Minho empujaba la barra de nuevo hacia arriba.
¿Qué diablos estás mirando? —preguntó Minho.
Joon encogió los enormes hombros.
Nada. Simplemente me preguntaba si has escuchado la llamada de la sangre.
No estoy interesado.
Los brazos de Minho se estremecieron mientras traía de nuevo el peso hasta el pecho.
¿Estás seguro? Escuché que Yunho ha encontrado a una pareja Amaterasu. Él tiene un hermano totalmente de sangre que está enfermo.
Yo estaba allí. Sé todo sobre eso.
Joon se agachó y los ojos se iluminaron con interés.
¿Lo has conocido?
Sí.
Así que, ¿vas a dar sangre?
No es mío. No es mi problema.
Joon hizo un sonido de disgusto.
Bastardo egoísta. Solamente porque no es tuyo no significa que no debas ayudar.
Claro que sí.
Los brazos comenzaron a temblar bajo la tensión del peso. Los músculos le ardían y  aspiró algo de aire para echarles combustible.
Él puede no ser compatible conmigo, tampoco, pero voy a donar.
Bien por ti. Mejor para las sanguijuelas dijo Minho.
Esta orden de sangre le recordaba demasiado la manera en la que había sido con Torr. Casi cada hombre aquí había sangrado para Siwon y, aún así, no había sido lo suficiente como para salvar a Torr. El pobre desgraciado estaba todavía vivo, pero encerrado dentro de su cuerpo inútil, atrapado e incapaz de salir.
Minho habría preferido morir.
¿Qué pasaría si eso era lo que le sucedía a Kibum? ¿Qué pasaría si no pudieran salvarlo?
Joder.
Mejor para el chicorespondió Joon. ¿Cómo puedes vivir contigo mismo, hombre? ¿No te preocupas por nadie sino por ti mismo?
No.
Minho sacudió la barra y se puso de pie. No podía estar ahí y no hacer nada, por lo que tenía que salir de aquí antes de que se volviera loco. Iría a buscar una prostituta. Tener sexo. Tal vez seguirles la pista a algunos indeseables.
Eres una vergüenza dijo Joon. Hicimos un voto para proteger a los demás incluso si costaba nuestras propias vidas. Donar sangre ni siquiera hace daño.


La camiseta de Minho escondía el hecho de que la marca de vida estaba en su mayor parte desnuda. La Banda le había entintado con un par de hojas falsas que eran lo bastante buenas como para engañar a alguien que no mirara demasiado de cerca, pero Minho no confiaba en que Joon no las viera. Nada lograba escapar a ese hombre. Si descubriera que se le había acabado el tiempo, podría enviarlo a los Tsukuyomi’s antes del amanecer. Fin del juego.
No dejaré que ningún parásito chupasangre entre en mi cabeza dijo Minho.
¿Aunque signifique que el chico muera?
Él no va a morir.
Minho agarró una toalla y se limpió el sudor del cuerpo. Estaba cansado de estar en público, cansado de pretender que era aún uno de ellos.
Tú no sabes eso, pero espero que tengas razón. Por tu bien, como por el del chico. Esa clase de culpa es una carga pesada.
¿Qué pasaría si Joon tenía razón? ¿Qué pasaría si no conseguían suficiente sangre para él? La mayoría de los hombres estaban lejos buscando a sus propias parejas y casi nadie estaba en casa. Podían pasar días para que todos ellos regresaran. Días que Kibum no tenía.
Joder.
No podía dejar que eso ocurriera. No a Kibum.
Se fue pisando fuerte lejos de Joon y llamó a Baekho.
La voz sorprendida de Baekho llegó desde el otro lado de la línea.
Minho. Tú nunca llamas. Nunca escribes. Comenzaba a pensar que a ti no te importaba.
Joder con la cháchara. ¿Dónde está Siwon?
Suenas serio. Espera un momento —dijo Baekho. Había alguien escribiendo al fondo. Entonces, el líder de la seguridad regresó a la línea. Se dirige al comedor, hacia el ala Susano.
¿Puedes detenerlo?
Seguro. Cerraré las puertas, pero por qué...
Minho colgó el teléfono y echó a correr. Las personas lo miraban extrañadas mientras  pasaba rápidamente, pero no les dijo una mierda.
Siwon estaba cerrando la puerta cuando Minho lo encontró. La sanguijuela se dio la vuelta y sus ojos helados se ampliaron con miedo.
Bien. Eso iba a facilitar el asunto.
Minho escudriñó las paredes buscando la cámara de seguridad, la encontró y la arrancó. Pedacitos de plástico se desmoronaron en el puño y dejó caer el roto desorden al suelo de baldosas.
Minho dijo Siwon. Sostuvo las manos alzadas, frente a él. ¿Qué estás haciendo?
Él se está muriendo, ¿verdad?
Siwon pestañeó durante un momento, como si no hubiera esperado la pregunta, y le llevó un segundo entender.
¿Kibum?
Sí. Kibum.
Voy a hacer todo lo que pueda por él.
No contestaste la pregunta.
Los ojos de Siwon se movieron alrededor como si buscara un escape.
Lo siento. Me temo que así es.
¿Puedes curarlo?
Aún no lo sé. Todavía tengo que hacer un poco de investigación y ver si esto ha ocurrido antes. Y siempre está el asunto de tener fuerzas para ayudarla cuando averigüe cómo.
Minho se acercó más y habló bajo para que nadie más pudiera escucharle.
Toma la mía.
Siwon se apretó más fuerte contra la puerta, como si intentara escapar.
¿Qué?
Minho extendió el brazo.
Toma mi sangre. Úsala para salvarlo.
Los ojos del Susano llamearon con hambre.
Tú nunca le has dado tu sangre a ninguno de nosotros.
Sé jodidamente eso. ¿La quieres o no? Minho osciló de arriba abajo el grueso brazo delante de la sanguijuela.
Sí.

Fue un siseo escalofriante, que hizo dudar a Minho durante una fracción de segundo. Sabía que iba a arrepentirse de esto... sólo que no le importaba.
¿Cuánta? —preguntó Siwon, lamiéndose los labios.
Lo que necesites para salvarla.
Minho no iba a durar mucho más tiempo de cualquier manera. Al menos, podía hacer algo decente con su sangre.
Tentativamente, Siwon envolvió los dedos delgados alrededor del brazo de Minho y se llevó su muñeca hasta la boca. Minho había esperado que eso doliera, pero en su vida había tratado con tanto dolor durante tanto tiempo, que un par de pinchazos de colmillos ni siquiera se notaron. Todo lo que sintió fue un movimiento fuerte tirando de la piel y, aún eso, empezaba a desvanecerse en unos momentos.
Lentamente, una clase nebulosa de debilidad llenó las extremidades de Minho. No le molestó o le preocupó, pero supo que no estaba bien. El cuerpo se volvió pesado, y decidió que era una buena idea sentarse. Siwon pareció más fuerte de lo normal y no tuvo ningún problema bajándolo al suelo sin romper el agarre en el brazo de Minho.
Un zumbido le llenó la cabeza y los ojos se volvieron pesados. En realidad, necesitaba una siesta y deseaba como el infierno poder enroscarse alrededor de Kibum para que nadie pudiera llegar hasta él.
El extraño pensamiento se fue tan rápidamente como llegó. De cualquier manera, Minho no tenía fuerzas para caminar ahora mismo. No es que a él le importara. No se preocupaba por una maldita cosa.




Siwon se sintió como si volara. Por primera vez en decenios no estaba hambriento. No estaba frío. El poder le gritó a través de las venas, una mezcla tóxica de fuerza e invencibilidad. La sangre de Minho era pura. Nadie más alguna vez había compartido su vasto poder, el cual había crecido a través de los siglos. Siwon nunca había saboreado nada como esto, y probablemente nunca lo haría otra vez.
Lo que había bebido de Minho era suficiente para alimentarle el cuerpo durante decenios si limitaba la cantidad de magia que usaba. Una lástima que no pudiera guardarse todo ese mareante poder. Tenía que compartirlo.
Kibum no era él único necesitado. El egoísmo no era una opción si su especie iba a sobrevivir. Tres veintenas de Susano ocupaban la cámara dormitorio en las profundidades del recinto, y distribuida entre ellos, tras ayudar a Kibum, sólo duraría algunos meses en el mejor de los casos. Pero al menos, esos eran algunos meses más de los que tenían ahora.
Siwon cerró violentamente la puerta abierta con un estrépito metálico, dejando a Minho caído en el pasillo detrás de él. Ya que la cámara de seguridad había sido inutilizada, Siwon estaba seguro que Baekho vendría en cualquier momento para ver que había pasado con su preciosa tecnología. Los hermanos de Minho se ocuparían de cuidarle.
Siwon se preguntó si los demás sabrían lo que Minho les estaba escondiendo a todos ellos... que su alma había comenzado a morir.
Brevemente pensó en decírselo, pero no era para nada asunto suyo y no quería dar a conocer cuánto podía saber de una persona cuando bebía de ella. Sólo ahuyentaría a los demás cuando su tiempo se volviera breve.
Además, Siwon tenía bastantes secretos propios que guardar. Tenía planes más importantes para el resto de ese poder.
Siwon bajó hasta el nivel inferior del ala del sur y cuatro tramos de escalera, más allá de seis fases de seguridad que aseguraban que sólo los de su especie pudieran pasar. Había actualmente paz entre ellos y los Amaterasu, pero no siempre había sido así. Los Susano’s eran demasiado vulnerables cuando dormían. Sería muy fácil arrasarles si otra guerra estallaba. El secretismo y su utilidad en sanar eran la única protección que tenían, y utilizaban ambos con la mejor ventaja posible.
Abrió la pesada puerta de acero, que usualmente hubiera desplazado con la fuerza de los brazos, pero hoy necesitó solamente una ayuda leve para enviarla a volando. Chocando contra el muro de piedra con un estallido metálico, sobresaltando al Susano que ejercía la vigilancia sobre los que dormían.


Ryeowook se disparó sobre sus pies, escondiendo el libro que había estado leyendo tras la espalda. Era medianamente pequeño para uno de su especie, pero más musculoso. Era como si la falta de sangre no le hubiera puesto obstáculos a la fuerza de su cuerpo. Ryeowook tenía ojos del color verde del pasto puestos en una cara infantil que aún tres siglos no habían podido envejecer. El Susano aparentaba perpetuamente dieciocho y era, típicamente, tratado con el mismo nivel de respeto.
Me sorprendiste dijo Ryeowook.
¿Poniéndote al día con tu lectura? —preguntó Siwon.
Se lo pedí prestado a Sungmin.
Siwon arrugó la nariz de aversión.
Dime que no es una de sus novelas de vampiros eróticas.
La cara de muchacho de Ryeowook se ensombreció.
Él dijo que era una de las mejores. Sólo pensé en echarle un ojo.
Siwon sacudió la cabeza.
Deberías ser fiel a los clásicos. Eso pudrirá tu mente.
No ha dañado a Sungmin. Ese hombre es más listo que el resto de nosotros juntos Ryeowook marcó la página en el libro y lo dejó a un lado. ¿Qué estás haciendo aquí, de todos modos?
He venido a alimentar a los demás.
Los ojos de Ryeowook se oscurecieron de hambre y excitación.
¿el chico nuevo? ¿Fue sangrado?
Siwon decidió mantener la fuente verdadera del poder para sí mismo.
Él mismo, pero te sugiero que guardes la distancia. Su Amaterasu es muy… protector.
—No puede estar en todos los sitios a la vez. Le encontraré a solas y…
No harás nada de eso. Dejarás solo al chico Siwon imbuyó las palabras con un indicio del poder recién adquirido, obligando a Ryeowook a escuchar y obedecer.
Ryeowook le dirigió una rápida inclinación de cabeza.
Siwon fue al final de una larga pared. Encerrados en esa pared, estaban docenas de durmientes Susano. Permanecerían en su sueño, mágicamente inducido, durante cincuenta años antes de despertarse. Era la única manera de resistir el decreciente suministro de alimento. Cada año, más Susano iban al sueño y menos se despertaban. Aún en el sueño, algunos de ellos morían de hambre. Sin más alimento... sin más de poderosa sangre... había poco que nadie pudiera hacer.
Siwon oprimió una sección de la pared y se abrió para revelar un pequeño tazón de piedra. Al pie del tazón había un hueco que se dirigía a una serie de tubos que alimentaban a cada uno de los Susano durmientes. No se requería mucha sangre para mantenerlos vivos, pero tenían que tener algo, y habían pasado casi dos meses desde su última alimentación.
Al menos en el sueño no sentían hambre. Siwon deseaba poder decir lo mismo.
Sostuvo la muñeca sobre el tazón y deseó que la carne se abriera. Sangre roja oscura goteó de la pequeña herida al tazón. Con cada gota que fluía, Siwon sentía menguar el poder. Antes de que estuviera demasiado débil, cerró la carne y se lamió los restos de sangre de la muñeca. No podía desperdiciar ni una gota.
El subidón de estar saciado se fue y las punzadas familiares del hambre volvieron de regreso. No tanto como antes, pero no eran agradables. Era fácil ahogarlas por completo cuando estaba trabajando, y tenía un montón de trabajo que hacer. No sólo la situación de Kibum requería su completa atención, sino que también tenía que sacar en claro cómo habían pasado desapercibidas semejantes líneas de sangre pura. Primero Donghae y ahora Jaejoong y Kibum. Si pudieran encontrar a más parejas como ellos, podría salvar a su gente del hambre.
Era más esperanza de la que habían tenido en décadas.
¿Vas a compartir conmigo, hermano? —preguntó Ryeowook.


Le dio a Siwon una jarra de solución salina para limpiar el interior del sistema de tubos y hacer posible que toda la preciosa sangre fuera al interior de los Susano’s.
Siwon estimaba al hombre de aspecto joven. Ryeowook nunca le había llamado hermano antes. Qué extraño que lo hiciera ahora.
Cuando estés dormido y desvalido como un bebé, te alimentaré. Hasta entonces, debes encontrar tu propio alimento. Quedan muchísimos humanos proveedores de sangre en el complejo. Pídeles a ellos que te sustenten.
—Ninguna de sus sangres corre tan pura como la que olfateé en tus venas cuando llegaste. El poder debe sentirse increíble.
Los ojos de Ryeowook estaban demasiado brillantes. Demasiado avaricioso. Quizás ya era hora de que él estuviera en estado de letargo. Cualquier Susano que se volvía demasiado desesperado se convertía en una responsabilidad. Su especie no podía permitirse más debilidad de la que ya sufrían.
Enviaré a alguien que te exima de tu deber de guardia mientras encuentras sustento —dijo Siwon mientras salía de la cámara.
Apenas logró cerrar la pesada puerta, y para cuando lo hizo, temblaba por el esfuerzo.
No iba a durar mucho más tiempo antes de que, también, tuviera que dormir. Antes de ese momento, tenía que descubrir cómo salvar a su gente de la inanición, y estos chicos eran la clave.
Se había asegurado de eso mientras se había alimentado de Jaejoong…  alterando la esencia de él ligeramente para asegurar que su especie fuera alimentada.
A Siwon en particular no le gustaba manipular a las personas, pero no había tenido alternativa. Su gente se moría de hambre y había estado desesperado por actuar mientras tuviera la oportunidad. Yunho era un guerrero formidable y tuvo bastante tiempo a solas para manchar la percepción de Jaejoong por su raza. Los Amaterasu miraban por encima del hombro a los Susano... pensando en ellos como bárbaros por su necesidad de beber sangre.
Siwon no había pedido nacer como era... incapaz de vivir sin la sangre de otros. Había sido víctima de las elecciones de sus padres así como cualquier otro niño. No podía evitar la sed de sangre más de lo que un niño deforme podía evitar su defecto de nacimiento. No era justo que su gente debiera sufrir, y era su deber lograr que sobrevivieran.
Había hecho la única cosa que podía, mientras Yunho estaba distrayendo tan afanosamente a Jaejoong con sus besos. Sólo rezaba para que lo que le había hecho a él funcionara. A los Susano se les estaba acabando el tiempo, y los restos remanentes de la sangre de Izanagi en la descendencia humana eran demasiado débiles para sostener a su raza durante más tiempo.

No había tenido alternativa. Había hecho lo que se vio forzado a hacer. Esperaba que un día, si  alguna vez se enteraba de su manipulación, Jaejoong viera eso y lo perdonara.



Este fic es una adaptación, no es mío, yo sólo lo adapto. OJO NO ES MÍO YO SÓLO LO ADAPTO. ORIGINAL: ENCONTRANDO LO PERDIDO  - SHANNON K. BUTCHER. PAREJA PRINCIPAL: YUNJAE

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