POV MINHO
Estaba
sentado en la camilla del hospital después de haberles dejado en claro a sus
progenitores que no pensaba dejar que lo internarán en un hospital psiquiátrico
o en un centro de reposo, y que se podían meter su buena intención por el culo
porque él no los necesitaba.
Nuestra
relación nunca fue buena, me habían dejado en claro que ellos no esperaban
tener otro hijo, al único que querían era a Minseok, yo sólo era el pequeño
error de mis progenitores quienes amablemente me aceptaron en el hogar de todas
formas. Minseok era tierno y sobreprotector conmigo hacíamos todo juntos y
nunca me abandono íbamos al mismo colegio y todo pero él me llevaba tres años
así que cuando se fue a la universidad me sentí muy triste y solo. Mis
progenitores comenzaron a viajar así que yo era el único en casa, pero seguí
esforzándome para ir a la universidad también y salir de la casa, de esa casa.
Lo que jamás pensamos mis progenitores y yo es que perderíamos a Minseok, que
ese accidente en la carretera lo mataría y que jamás lo volvería ver, esa es la
razón por la que deje todas las cosas que hacíamos juntos y me encerré en mí
mismo. Así que ahora no pueden venir y decirme que es lo que debo hacer, ellos
jamás entenderán cuan solo me siento. Porque también lo perdí a él.
Prendí la
laptop y empecé con mi búsqueda de departamento, ya que Jinki-hyung vendió el
mío necesitaba un lugar donde quedarme. Mientras buscaba departamento pensaba
en las palabras de Jinki-hyung, es cierto que hay días en los que ni siquiera
quiero salir de la cama, también es cierto que hay cosas que no recuerdo, la
verdad a veces hasta olvido comer, en ocasiones no me siento cómodo conmigo
mismo pero eso no es justificación para que se le haya ocurrido la brillante
idea de molestar a uno de sus amigos y pedirle que me cuide, no voy a dejar que
me trate como a un niño.
-
Minho-gong te
conseguí un lugar para quedarte, es genial la casa de Kibum es enorme tiene
piscina, jardín, salón de baile, un estudio solo para ti y todo es tan
tranquilo, como te dan de alta en dos días te llevaré de frente hasta su casa,
solo espero que te portes bien con – Jinki seguía hablando y no me dejaba
decirle una solo palabra – Kibum yo sé que es una persona difícil de tratar
pero por tu bien espero que le obedezcas en todo de acuerdo.
-
Haber Jinki-hyung
yo no he dicho nada de aceptar mudarme a casa de un desconocido y molestarlo
esa fue tu idea y pensé que esa persona amigo tuyo iba a ser lo suficientemente
cuerdo como para no aceptar.
-
Escúchame bien
Minho porque es la última vez que te lo voy a decir, estás enfermo y necesitas
ayuda, te guste o no soy la última persona que espera verte recuperado y sigas
con tu carrera como escritor, la muerte de alguien no significa que tengas que
acabar con tu vida y sumirte en la miseria. Así que ahora te aguantas y te
mudas con Kibum, porque si no también perderás a tu hyung.
-
Está bien
Jinki-hyung me mudaré pero al menos dime quien es, no sé nada de esa persona –
la verdad tenía mucho miedo de perder a mi hyung, es la única persona que me queda
en el mundo, el único que puede extrañarme y notar mi ausencia.
-
Bueno la verdad
yo no sé mucho de la vida de Kibum antes
que ingresará a la universidad, yo soy solo dos año mayor que él. Bueno, Kibum
estudió Comunicación Social en la universidad y se especializo como redactor de
modas, ahora trabaja como editor para Vogue Girl. Es por ello que son promoción
con Joon los dos estudiaron juntos, y Joon trabaja para High Cut, es también
por ello es que siempre están encontrándose por trabajo – a mi tonto hyung
siempre le brilla la mirada cuando se trata de su esposo, es bueno que lo ame
tanto - gracias a Kibum es que conocí a
Joon y bueno fue Heechul quien me presentó a Kibum.
-
Espera, ¿el
esposo de mi primo te presentó a Kibum? – cómo es posible que no conozco a
Kibum, he visto miles de veces a mi primo.
-
Pues sí, pero
como a ti te encanta ser antisocial en las reuniones que organiza Siwon, no
estudiaste en la misma universidad que nosotros y tampoco te interesabas por
nuestras fiestas; nunca pudiste conocerlo – me parecía tan extraño no haber
conocido a alguien tan cercano a mis amigos y familiares.
-
Kibum es como un
hijo para Heechul, aunque te voy a decir que hubo un tiempo en el que Heechul
creyó sentir algo por Kibum pero jamás se lo dijo porque bueno Kibum es menor
que Chul y en aquella época no quería confundir al pobre chico. Por eso cuando
Kibum entró a la universidad recién conoció a su primer amor, estuvo con esa
persona desde entonces y se fueron a vivir juntos cuando termino la universidad.
Sinceramente todo parecía ir bien, pero los padres de Kibum murieron al año
siguiente de graduarse, fue un accidente en la carretera. Kibum estaba
destrozado y no era para menos. En realidad, todos pensamos que su relación se
acabaría, no parecía que la pareja de Kibum pudiera ayudar a superar esa
pérdida, pero increíblemente lo hizo y un año y unos meses después estaban
comprometidos en matrimonio. Todo parecía ir bien pero no fue así, casi un año
después que se comprometieron y cuando Kibum empezaría a ver todo los
preparativos para la boda esa persona se fue con otro hombre, rompió el
compromiso y sólo le dejo una carta a Kibum supuestamente explicándole que se
había enamorado de alguien más y que esa persona había logrado lo que con Kibum
nunca pudo asegurar: amor, le decía lo siento una y otra vez, finalmente
escribió que lo mejor era que ni lo odiara que no se merecía nada.
-
Como puede
existir una persona así Hyung, como pudo lastimar tanto a alguien que se supone
que debía cuidar, es increíble no es que estuvieron solo unos meses fueron
muchos años juntos. Pero además pretendes que viva con alguien que también se
siente mal.
-
Minho, contario a
lo que tú piensas Kibum ya está bien tampoco es que este perfecto y saliendo
con alguien más pero ya rehízo su vida, esos eventos pasaron hace tres años,
justo en otoño, es por ello que cuando tú te pusiste mal no pudiste ver mucho a
Siwon ya que Kibum, se mudo con Heechul, cuando vendió su departamento, y paso
un tiempo para que Chul le dejará comprar una casa y mudarse. Todos los amigos
de Kibum se turnaron y no lo dejaron solo durante un año. Le sirvió mucho a
Kibum porque así pudo empezar nuevas actividades y empezar a aceptar su nueva
vida – mientras hyung me contaba todo esto me imaginaba a Kibum como una
persona fuerte y decidida.
-
Bueno ahora ya
sabes las cosas más importantes sobre la vida de Kibum, espero que puedas
convivir con él y hacerte su amigo. Él realmente es una persona cálida con
quien puedas hablar de todo, no es alguien que juzgue a los demás. Ahora si me
voy porque sino Kibum puede encontrar su casa irreconocible – la sonrisa de
hyung era demasiado brillante y amplia, en ese momento mientras lo veía salir
de la puerta me pregunte porque nunca pude decirle que el también me gustaba
cuando estábamos en el colegio, tal vez ahora seríamos felices y no sentiría
tanto dolor, pero el tal vez no existe.
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Dormir
en el coche mientras escucho todas las tontas peleas de Jinki y Joon no es algo
que me agrade pero no puedo evitarlo, mi hyung es la única persona que me queda
y no puedo simplemente decir que no aprecio todo lo que ha hecho por mí hasta
ahora. Sé que Jinki y Joon pronto viajarán para ver el tema de la adopción del
hijo que tanto desean y la verdad me siento culpable porque Jinki ha estado
esperando por esto desde hace mucho. Pero
Jinki no se ha querido mover de mi lado.
Mientras
veo el jardín de la casa de Kibum en medio de la noche puede decir que mi
primera impresión de ese chico es que es muy bello. Tiene esa aura de que
todavía no ha sentido decepción total de la vida, parece que le encanta el
lugar en donde está y tiene la confianza de tenerlo todo, aunque cuando mira a
mi hyung y Joon juntos parece reflejar cierta tristeza que disfraza con esa
sonrisa falsa, no sé si para mentirse a sí mismo o a los demás, tal vez a
ambos. Pobre chico, sólo espero no tener
que quedarme más del tiempo que tengo planeado.
Pronto
Minho descubrirá que con sus prejuicios y con su mal carácter solo logará
lastimarse a sí mismo.
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Minho
estaba tirado boca abajo en medio del barro, la lluvia había mojado todo a su alrededor,
el rostro de Minho estaba hinchado, tenía la ceja rota, los moretones estaban
empezando a hincharse, la nariz le sangraba y parecía que un taladro le
atravesaba la cabeza, alguien lo presionaba contra el suelo y lo hacía tragar
barro.
-
Usted me lo
prometió Hyung, me prometió cuidarlo más que a nada en el mundo, me juró que
jamás lo abandonaría y que no dejaría que corriera lejos de su lado. Usted me
dijo que si él intentaba dejarlo haría lo que fuera necesario para detenerlo.
Usted no pudo cumplir esa simple promesa verdad, lo dejo largarse con ese bruto
bueno para nada. Y ahora mira esa lápida. Él está muerto. Nunca lo voy a recuperar,
jamás voy a verlo sonreír ni podrá bailar junto a mí de nuevo.
-
Usted es un
imbécil, incapaz y merecer morir. Pero yo no le voy a dar el gusto, hyung va a
sufrir siempre. Estará así muerto en vida, llorando como un cobarde,
exactamente como ahora hasta que su cuerpo abandoné toda esperanza y ya no
aguante más.
Desperté
llorando de nuevo, ese recuerdo se había vuelto una pesadilla constante, una
que le hacía sentir culpable. Todos los días se repetía una y otra vez por ello
no podía dormir bien. No me sentía tranquilo, volvía una y otra vez la
sensación de tener la fría y dura mirada de Kai sobre mí todo el tiempo.
La cabeza le
dolía horrores y los recuerdos le dejaban esa sensación de vacío en el corazón.
Quería gritar, quería salir corriendo y dejar todo atrás estaba harto de todo.
Harto de sentir miedo, desesperación, dolor y sufrimiento.
El ruido de
la música lo hizo levantarse de la cama y fijarse de donde provenía. Recordaba
que si Jinki no hubiera aparecido en el cementerio para salvarlo de su agresor,
ahora no estaría aquí y por eso había empezado a molestarle esa conducta que
Jinki había adoptado.
Minho tenía
la certeza de que ya no había nada que valga la pena para seguir viviendo, no
ahora. Vio luz en la puerta blanca entreabierta y asomo su cabeza.
Pudo ver a
Kibum de espaldas a él, quitándose la remera mientras caminaba hacia la ducha. Se
escuchaba Like a G6, mientras Kibum cantaba, su espalda era blanca, delgada y
bien formada. De espaldas parecía una chica, esa cintura era muy pequeña.
Definitivamente el chico era bello, cuando el mayor empezó a quitarse la parte
inferior del pijama Minho se retiró, no pensaba molestarlo. Mientras regresaba
a su habitación pensaba en lo injusto que había sido la vida con ellos, Kibum
era guapo, no tenía porque rogarle amor a nadie pero al parecer su prometida no
pensaba lo mismo. Como podía haber dejado escapar a alguien tan bello como
Kibum.
La imagen de
la espalda de Kibum se le quedaría grabada en la retina para siempre, la
sensación de admiración hacia Kibum se había instalado en su corazón.
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Se despertó de
nuevo, Kibum lo estaba llamando. Se fijo en el reloj eran las 10 am. Se había
bañado y cambiad cuando regreso a su habitación el mañana y se regreso a la
cama de nuevo. Cuando bajo al comedor Kibum tenía la mesa lista.
-
Buenos días
Minho-shi – su voz era tan suave como ayer, así que esa era su voz normal y no
una fingida especialmente para las visitas – mientras empezamos a comer – hay
algunas cosas que debo decirte antes de partir – lo miraba preguntándome que
rayos quería de mi, Kibum ni siquiera se percato de mi mirada estaba muy
ocupado escribiendo un mensaje no sé porque pero eso me irritó, lo único que
Minho quería era subir a dormir de nuevo a su habitación pero parecía que el
rubio no lo dejaría irse tan rápido – ya termine de desayunar así que dime de
qué quieres hablar – corto, directo, malhumorado esa era la mejor forma en que
lo dejará ir rápido – Te tengo que decir las reglas básica de esta casa:
Nº
1: Nadie duerme fuera de esta casa. Así que ya sabes que no puede inventar
pretextos para quedarte en otro lugar, porque quiero ver tu cara en el desayuno
– Minho quería interrumpirlo, estaba comenzando a exasperarse.
Nº
2: Todos cenamos en esta casa. Mi deliciosa comida no se hará por gusto así que
tienes que estar aquí siempre para la cena, lo que implica que cumplirás bien
la primera regla – Minho estaba conteniendo fuertemente, ya tenía el rostro
crispado del coraje y estaba tieso en su sitio.
Nº
3: Siempre debemos tratarnos con cordialidad. Me gustaría que tu tono de voz
hacía mi sea más cordial y no tan frío, se que te costará un poco pero es lo
mejor – Para ese momento Minho ya tenía los nudillos apretados y quería poner
en su lugar a este tipo.
Nº
4: Me debes ayudar con todas las actividades en las que te necesite, sin
quejarte y sin ponerme peros. Espero que puedas comprenderlo y no te moleste –
Minho quería aclararle que por supuesto que tenía un problema y no solo con esa
regla, pero solo puso una expresión sarcástica y lo dejo continuar.
Nº5:
Puedes intentar confiar en mí y decirme
lo que te aflige, lo que te preocupa, lo que te molesta, lo que sea. Yo puedo
ayudarte, ya pase por todo esto – Mientras Kibum sonreía cálidamente. Minho se
puso en pie y le dijo:
-
Escúchame bien
Hyung porque está es la primera y la última vez que te lo diré – le siseaba
amargamente, no estaba para aguantar los aires de grandeza de este tipo y de
nadie – a mi tus reglas me importan una mierda, tampoco me importan tus razones
para decirme toda esta sarta de estupideces, yo no pienso seguir esas reglas
absurdas así que déjate de idioteces, me voy a mi habitación – justo cuando
estaba girando para retirarse pudo escuchar claramente:
-
MINHO – el grito
de Jinki se escucho por toda la habitación – en este momento discúlpate con
Kibum, como te atreves a hablarle de esa forma. Si no quieres terminar
internado en el psiquiátrico hazlo de una vez – Minho estaba molesto, muy
molesto quería romper todo lo que estaba a su alrededor para qué les quedara
claro a esos dos que él no era ningún idiota del que se podían burlar. Pero no
podía hacer nada, no ahora, luego pensaría una forma de cobrárselas a Kibum por
atreverse a intentar manejar su vida.
-
Discúlpame hyung
creo que me exalte un poco, no me gusta que todo el mundo me trate como si
fuera un niño con desordenes de personalidad – esa era la verdad, odiaba que
todo el mundo lo mirará con lastima pero cuando vio los ojos de Kibum estos
reflejaban dolor, tristeza y una sonrisa fingida y bien pintada que al parecer
engañaba a Jinki.
-
Bien Minho ahora
siéntate y escucha lo que Kibum te va a decir – me senté de mala gana.
-
Lo que quería
decirte es que hoy iremos a ver las decoraciones, los juguetes y demás cosas
para el evento de navidad del orfanato que organizo todos los años sin
excepción. Así que hay que ponernos manos a la obra, hay mucho por hacer, la
navidad tiene que ser perfecta para ellos – pude notar el notorio cambio en su
mirada, ahora brillaba intensamente, reflejaba calidez y esperanza. Seguramente
él esperaba tener una esposa bonita y una casa llena de niños ya que su
prometida lo había dejado ahora se dedicaba a esto.
En el auto
Minho como siempre estaba en estado desconectado en el último asiento de la
camioneta (Chevrolet Orlando) Onew estaba manejando adelante, Kibum y Joon
estaban en el asiento del centro conversando sobre algún desfile y la campaña
antes de navidad o algo así. Él realmente quería dormir, pero al parecer sus
amigos tenían otra idea en mente, no es que le molestara ir a ayudar en los
preparativos para ayudar a que estos niños lo pasen mejor en navidad. Pero en
serio no podían mínimamente avisarle a él antes y preguntarle si es que podía
ayudarlo, no entendía a Kibum y bueno tampoco es que quisiera entenderlo solo
tenía que soportarlo por un tiempo y luego se largaría a cualquier parte.
Cuando llegaron
al lugar había un montón de personas ayudando a descargar las miles de cajas
que habían llegado, no exageraba este chico sí que se estaba esforzando por
hacer una fiesta genial. La fiesta sería en el orfanato pero aquí prepararíamos
todo para luego llevarlo hasta el orfanato sino los niños se la pasarían
intentando adivinar lo que hacían.
Durante todo
el día me la pase descargando las cajas y recibiendo órdenes de Kibum, sobre
todo de los lugares donde deberíamos colocar cada una de ellas. Mientras tanto
esos tres se la pasaron descargando regalos y materiales para los adornos. Solo
eso nos llevo todo el día. Los
siguientes días fueron lo mismo, íbamos temprano al lugar y regresamos muy
tarde me iba de frente a la habitación y dormía sin sueños ni pesadillas hasta
el día siguiente. La misma rutina a diario.
Todos esos
días pudo analizar un poco a Kibum, él era muy querido por todas las personas
que se encontraban ayudando. Todos eran muy gentiles y se notaba que apreciaban
que Kibum hiciera todo esto por esos niños. Él parecía un pequeño también,
emocionándose por cada cosa que veía y riendo con todos por cualquier motivo.
Se veía tan feliz y cómodo haciendo todo esto. Bueno la verdad es que Minho
también se sentía mejor ayudando con esta actividad se sentía más ligero menos
presionado por todo. Kibum era todo un nuevo mundo para él, no entendía por qué
ahora sí parecía tan feliz. Antes parecía estar muy cómodo fingiendo que estaba
bien, pero ahora veía esa sonrisa radiante en Kibum y sentía esa calidez en el
pecho que le transmitía Kibum. Mejor se olvidaba de aquello no sería muy
conveniente que tuviera pensamientos tan tontos con respecto a su nuevo amigo.
Lo que más
le incomodaba es la forma en que Kibum lo trataba, esa mirada de orgullo, casi como
si Minho mereciera un premio por ello cada vez que terminaba algún encargo del
más bajo. Esas sonrisas que le daba cuando él cometía algún error le
desesperaban. La delicadeza con la que Kibum pedía a los demás un favor
incluyéndolo a él. Se supone que Kibum iba a ser exigente con él, pero en ese
momento se comportaba como un ángel y aunque quería pensar que solo estaba
fingiendo, no era así. Había visto a Kibum esos días al llegar a su casa fingir
sus emociones pero aquí, en este lugar mientras preparaban todo, podía ver al
verdadero Kibum.
Al fin había
llegado el día de Navidad. Todos esos días se la habían pasado trabajando hasta
el cansancio pero estaba lleno de recuerdos felices. Llegar al orfanato, ver la
decoración, ayudar a colocar todo en su lugar, traer a los niños. Disfrazarse
de Papa Noel, eso no le hizo mucha gracias a Minho pero ya que.
Los niños se
la pasaban jugando todo el tiempo, miraban a los elfos de santa que estaban por
todo el salón, jugaban en la pequeña zona de juegos del patio, los más pequeños
estaban auxiliados por sus cuidadores, los más grandes esperaban sentados
mientras conversaban emocionados por saber cuál sería su regalo este año. Había
bastantes personas ayudando con todo el evento, también habían muchos niños a
los que tenía que sentarlos en mi regazo para que pidan su deseo.
Todo el
mundo empezó a ordenar a los chicos para sentarles para ver el Show navideño
mientras Kibum y Jinki, organizan todo lo del evento de fondo. Ver a los niños
correr por todos lados con sonrisas en el rostro mientras se divierten por
navidad es increíble. Ver a Kibum con una sonrisa radiante mientras registra
cada uno de los rostros de los niños fue increíble. No puedo creer que una
persona que yo esperaba fuera todo un pedante niño rico sea alguien tan
especial. Aunque supongo que en cuanto lleguemos a casa voy a volver a ver a
ese chico que parece estar vacío por dentro.
Realmente
hace tanto tiempo que no estoy en un lugar tan ruidoso, me he exiliado a mí
mismo, como bien dice Jinki. Hace tanto que no escucho risas y música a un
volumen tan fuerte. Mientras entregan a cada uno de los chicos sus regalos y
puedo ver como todo ellos sonríen, me emociono muchísimo. Kibum está a mi
costado mirando atentamente a un niño en específico y lo escucho susurrarme:
-
Vez a aquel niño de allí – me señala a un pequeño de
doce años que tiene pinta de ser muy exigente - yo jamás atino con su regalo de
navidad, parece decepcionado cada vez que abre uno – Kibum estaba muy atento a
como el niño podría reaccionar está vez – ¿y qué es lo que le ha regalado hoy?-
pregunte curioso.
-
Bueno entre nos,
tú me has inspirado – me quede pasmado, no sé cómo yo podría haberle inspirado
a comprarle un regalo – le he regalado la colección de libros de J. R.R.
Tolkien, espero que le guste mucho – Me sorprendí mucho cuando lo escuche,
pensé que solo era una persona frívola que no podría comprender la capacidad
que puede tener un libro para abrir tu mente y transportarte a otra realidad –
Estás que pensando que es imposible que una persona como yo que se dedica a la
moda pueda leer un libro pero te equivocas – solté una carcajada en ese momento
porque él realmente había leído mis pensamientos, y en una acción que me
sorprendió a mi mismo le jale los cachetes y me aleje, pude ver que el niño
sonreía mientras empezaba a ojear la pasta de los libros. Ese regalo fue mejor
que cualquier juguete.
Lo que Minho
se perdió aquella tarde fue el fuerte sonrojo de Key y la gran sonrisa que
tenía en el rostro, sólo por aquella pequeña acción del moreno.
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Mira papá
hoy he ganado el campeonato de fútbol de todas las escuelas del distrito de
Seúl, no crees que es increíble – Minho hablaba emocionado a su padre mientras
mostraba su medalla de oro - Minho, será
mejor que vayas a tu cuarto, tu hermano cuando tenía dos años menos que tú ya
había ganado ese campeonato tres veces seguidas, no es nada nuevo.
Minho subió
corriendo a su habitación, se metió a su cama y se tapo con la frazada, luego
se sentó y abrazo sus piernas. Lloraba en su cama desconsoladamente, no
importaba cuanto lo intentará, cuan arduo trabajara para conseguirlo, sus
padres nunca lo felicitaban por sus logros, no lo tomaban en cuenta y tampoco
parecían amarlo.
Entonces sintió
la caricia delicada y el toque tibio en sus cabellos. Era su hermano.
Minho fue
genial que hayas podido ganar ese campeonato y ser el primer lugar en orden de
merito de todos los alumnos de Seúl, es increíble que seas tan bueno para los
estudios como para los deportes. No te decepciones por lo que ellos digan yo te
amo y mucho. Y lo abrazaba contra su pecho mientras Minho lloraba.
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Durante
todos los días que paso ayudando a Key, desde que lo arrastraron a la fuerza
hasta el día de la fiesta de navidad en el orfanato, no había tenido
pesadillas. Llegaba muy cansado de frente hasta su cama y se echaba a dormir
sin sueños y se levantaba tranquilo, listo para la nueva jornada de trabajo.
Hoy era veintiséis de diciembre y no había hecho nada el día anterior. Se la
había pasado releyendo Tolkien gracias a Kibum. Pero volvía a sentir el
cansancio, necesitaba dormir, necesitaba descansar, necesitaba urgentemente
desconectarse. Tal vez si tomaba uno de sus tranquilizantes pero mejor no lo
haría. No quería empezar un vicio, suficiente era esa necesidad estúpida que
tenía cada vez que escribía, se ponía a fumar como loco.
Así que se
sentó en la cama, igual como cuando niño, coloco la cabeza en las rodillas y
abrazo sus piernas. Ojalá no sintiera tanto dolor, ojalá pudiera olvidar, ojalá
pudiera dejar de culpar a su hermano y a su pequeño por haberlo abandonado.
Demonios Porque todo era tan complicado, quería volver a tener cinco años y
jugar con Minseok. Deseaba tanto que lo amaran sus padres, tan solo una pequeña
parte de lo que amaban a Minseok. Hubiera dado lo que fuera porque ese chico se
quedará a su lado. Haría lo necesario para poder verlo sonreír una vez más. No
entendía porque la vida se había empeñado en hacerlo miserable, en dejarlo
solo. Cada parte de su cuerpo dolía y lloraba a gritos como si quisiera morir
en ese momento. Sentía una opresión terrible en el pecho cada vez que respiraba,
le dolía tanto como si lo hubieran atravesado con una espada. La garganta le
ardía de tanto llorar, ya no podía más, el realmente deseaba con todas sus
fuerzas morir y que todo esto termine.
Casi le da
un ataque al corazón al sentir como su cabello era acariciado tiernamente,
lento y pausado. Mientras sentía las caricias pensaba que tenía que ser
Minseok, era el mismo resultado, un Minho tranquilo, feliz y sonriente. Esas
tiernas caricias le daban esa paz que no tenía hace años, esa tranquilidad que
se le escapaba de las manos desde que Minseok murió, esto tenía que ser un
sueño y no quería despertar. La fragancia floral de los tulipanes, llego a sus
sentidos. En ese momento escucho: Minho–gong vamos a desayunar. Y como si de
una orden se tratará levanto el rostro lentamente y pudo ver a su salvador. Era
Kibum quien le sonreía, le ofrecía su mano la cual aceptó gustoso. Lo seguiría
a donde sea con tal de tenerlo siempre a su lado, con tal de tener la sensación
de no estar sólo, la sensación de estar en un mar de tranquilidad que le quita
el dolor que ha llevado sobre su espalda todos estos años.
Kibum pasó
su brazo derecho por los hombros de Minho y lo llevó a la sala, había pasado
tres días desde que Minho había estado llorando y durmiendo en su habitación.
Aquel día por fin había decidido bajar a la cocina y comer algo, justo antes de
viajar a la casa del campo de la familia de Kibum para celebrar el año nuevo.
Kibum sintió
por primera vez en su vida el dolor que Minho sentía, estar solo no era algo
fácil pero Minho había hecho de la soledad su arma destructiva. Kibum quería
intentar que Minho dejará de destruirse, a él toda esta situación le dolía
muchísimo y aún no entendía el porqué.
Esta noche
Minho soñó que estaba en el campo corriendo alegremente junto a Kibum, que este
le sonreía y le tendía su mano. Felices miraban el atardecer con sus manos
entrelazadas. Un sueño que no recordará en la mañana.
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