domingo, 22 de septiembre de 2013

Capitulo 2


CAPÍTULO 2



Yunho llevó a Hyun Woo fuera, a la noche, y encontró un pedazo de tierra rica que ayudaría en la curación del muchacho.
Jaejoong y Kyuhyun salieron tras él, mientras Minho vigilaba la zona, asegurándose de saber si llegaba compañía.
Yunho no quería nada más que tocar a Jaejoong y averiguar si era la pareja que había estado buscando durante décadas. La única cosa que le retenía era la seguridad de este, al igual que la de Hyun Woo. No debía hacer nada para estropear ese momento. Era su última oportunidad. Si le tocaba, y pasaba por el mismo dolor incapacitante que Eunhyuk había sufrido con Donghae, no habría forma de que fuera capaz de protegerlos si venían mas Yokai.
Y vendrían, sólo era cuestión de tiempo antes de que ocurriera y, con suerte, no estarían todavía aquí.
Tan pronto como la mente de Hyun Woo estuviera limpia, mas rápido podría Yunho ayudar a Kyuhyun a fijarle el brazo a él. Sabía que tenía que estar dolorido. Todo el color había abandonado su cara y se sostenía en un ángulo raro. La manga de cuero de su chaqueta ya estaba estirada apretadamente sobre su brazo roto.
Será mejor que te quites esa chaqueta antes de que no puedas le dijo—. La hinchazón está empeorando.
Él dio un suave tirón, hizo una mueca y preguntó:
¿Alguno de vosotros, chicos, tiene un cuchillo?
Permíteme dijo Kyuhyun.
Una garra afilada se extendió desde la punta de su dedo, remplazando la uña de manicura.
Jaejoong se estremeció ante la vista, y bufó de dolor cuando el movimiento sacudió el hueso roto.
¡Mierda sagrada! ¿Qué demonios eres tú?
Quédate quieto. No te haré daño.
Será mejor que no dijo Yunho mientras resistía la tentación de ir hasta él y tranquilizarlo.
Mantener la distancia era la más irritante forma de tortura posible. Hacía unos instantes, otra hoja se había caído de su marca de vida, dejando sólo una, y todavía no estaba seguro de si era la persona que podía salvarle.
Le habían dado dos oportunidades antes. Incluso desear una tercera parecía algún tipo de sacrilegio. Lástima que no le impidiera desearlo de todos modos.
Jaejoong se había despojado de su destrozada chaqueta de cuero con un poco de ayuda de Kyuhyun. Aunque su brazo izquierdo estaba hinchado y deformado, el resto de él era todo elegante músculo y fuertes líneas bien formadas. La camisa ceñida mostraba un torso esbelto y delgado además de un abdomen musculoso. Se preguntó cuánto tiempo y esfuerzo le había costado un cuerpo como ese y si había o no un hombre en su vida que le apreciara debidamente.


Él ciertamente lo haría, si le daban la oportunidad.
Yunho apartó la mirada de él y se enfocó en Hyun Woo. Los ojos del chico estaban abiertos, sin pestañear. La baba se filtraba de la comisura de su boca y Yunho le secó suavemente con el dobladillo de la camisa.
Voy a ayudarte a dormir ahora, Hyun Woo. Pero te prometo que no tendrás malos sueños. Los voy a alejar todos, ¿de acuerdo?
Yunho no esperaba una respuesta, el niño estaba demasiado ido. Cerró los ojos del muchacho y dejó la mano ahí para mantenerlos cerrados. Se enfocó en la tierra bajo él, cálida, aparentemente muerta después de largas semanas de sequía. Sintió la tierra y las rocas de abajo, sintió las raíces de los árboles cercanos buscando alimento y las pequeñas semillas ocultas esperando la lluvia para despertar a la vida. La tierra bajo él estaba tranquila, paciente, aceptando lo que viniera. Había poder en la aceptación y Yunho extrajo algo de ese poder para sí mismo.
Instantáneamente, el dolor con el que vivía a diario se incrementó, cayendo sobre él, moliéndole los huesos, y tuvo que apretar los dientes contra ello para no gritar. El corazón le latía con fuerza y le palpitaba la cabeza hasta que estuvo ciego por la pura fuerza de la presión de tanto poder. El cuerpo ya tenía demasiada energía, pero era energía que no podía usar, sólo almacenarla para emplearla en alguien más. Tal vez Jaejoong.
Rezaba para que fuera así. No iba a vivir el tiempo suficiente para otra búsqueda. Le había llevado dos semanas encontrarle y no creía que le quedara, incluso, una semana.
La piel de Yunho se tensó y ardió, y parecía que los ojos saldrían volando de la cabeza si abría los párpados. Podía oírse la respiración áspera, entrando y saliendo demasiado rápido, como si los pulmones trabajaran contra el dolor.
Kyuhyun tenía razón. Estaba excesivamente débil para esto, pero era demasiado tarde ahora. Había recogido poder suficiente para alcanzar a Hyun Woo y entrar en su mente. Estaría atrapado en el interior del niño hasta que hubiera hecho lo que había venido a hacer aquí, llevarse su temor, sus recuerdos.
Las imágenes dentro de Hyun Woo eran un caótico torbellino de dientes y garras, gruñidos y gritos. El chico apenas tenía seis años, y no tenía manera de darle sentido a lo que había visto. La mente del muchacho había tomado la información sensorial, la había mezclado con su terror y creado una serie de imágenes aún más terribles que la realidad. En algún profundo lugar dentro de la mente de Hyun Woo, sintió al pequeño niño huyendo de miedo, gimiendo, gritando “No, no, no”.
Yunho sintió que el cuerpo físico se le debilitaba por la tensión de la conexión con el chico. No era muy bueno con esto, pero conocía lo suficiente para saber que si moría mientras estaba en la mente del niño, mataría a Hyun Woo también.
Espoleado por ese pensamiento, Yunho se abrió paso a través de esas pesadillas hasta que encontró el refugio mental del niño. Era una caja de cartón con ventanas torcidas dibujadas con lápices de colores brillantes. Un lado de la caja había sido cortado para hacer una puerta lo suficientemente grande para que Hyun Woo pudiera arrastrarse a través de ella.
Yunho se agachó y se asomó por la puerta de cartón.
Vas a estar bien ahora. Quédate aquí hasta que me oigas decir tu nombre, y cuando salgas, todos los monstruos se habrán ido.
El chico se encogió en una esquina de la caja con las manos cubriéndose los oídos y los ojos cerrados, pero de alguna manera, Yunho sintió que había sido oído.
Se levantó y se enfrentó a todas las imágenes que Hyun Woo había creado, cada una lo suficientemente horrible como para conducir al chico a la locura. Todas tenían que irse. Yunho capturó al primer monstruo con la mirada, muy parecido a un Orochi, pero con largos dientes y dos cabezas que parecían de lobo. Normalmente, no le habría asustado, porque sabía que no era real. Pero Hyun Woo pensaba que era real y por eso, aquello tenía poder.
Yunho se permitió asustarse, imaginarse lo qué debía ser para Hyun Woo, tan pequeño e indefenso. Se imaginó cómo se sentiría al ser arrancado de la seguridad de su hogar y sus padres y ser arrojado a una pesadilla viviente. Sintió el temor creciendo en su interior hasta que le temblaron las manos y la mandíbula le dolió de luchar contra la necesidad de temblar. Aceptó el horror de Hyun Woo como propio, absorbiéndolo hasta que lo tomó todo en su interior, entonces, lo metió sin piedad en la tolerante tierra. Enterrándolo profundamente, donde no podía herir a nadie.
Lentamente, el monstruo desapareció.
Yunho estaba sintiéndose débil y mareado, apenas capaz de permanecer en pie en el contexto etéreo de la mente del niño. Ya no podía moverse, así que absorbió más poder ‑más dolor‑ y se obligó a dar un solo paso más hacia la siguiente pesadilla. Esto le dejó sudando y temblando e hizo que el estómago se tensara en señal de protesta, pero no tenía elección. El niño no podía vivir con esas imágenes en la cabeza.




El brazo de Jaejoong estaba rápidamente convirtiéndose en un problema. Cada aliento movía el esqueleto lo suficiente como para enviar abrasadoras sacudidas de dolor a través del cuerpo. Y estaba perdiendo la sensibilidad en los dedos, lo que no podía ser bueno. Pero nada de eso la molestaba realmente. Lo que en realidad le molestaba era el hecho de que estaban básicamente indefensos. No se fiaba de esos hombres, no importaba lo útiles que parecieran. ¿Qué pasaba si intentaban apartarlo de Hyun Woo? ¿Cómo los detendría en una lucha de tres contra uno, con un brazo roto y una escopeta sin munición?
Yunho estaba profundamente concentrado y Minho estaba vigilando en la oscuridad. Kyuhyun y sus monstruosamente afiladas uñas se cernía cerca. Acechando en las sombras. Había algo inquietante en su quietud, tal vez su belleza antinatural.
No vamos a hacerte daño dijo él como si le leyera los pensamientos.
Entonces, otra vez, él se quedó mirando su escopeta tirada a unos metros de distancia, así que tal vez, en lugar de ser psíquico, simplemente no era idiota.
Perdóname si no estoy todo contento y confiado respondió.
Te estás sintiendo impotente, sin duda. Puedo arreglar tu brazo si quieres.
¿Cómo vas a hacer eso?
Magia. ¿Quieres verlo?
No particularmente. He visto suficientes rarezas por una noche, gracias.
Kyuhyun se encogió de hombros.


Haz lo que quieras. La oferta es… —olió el aire y a él realmente le pareció ver a sus ojos emitir un brillo plateado. Se volvió hacia Minho y dijo—: Tenemos compañía.
Compañía. Eso no sonaba bien.
¿Cuánto tiempo? exigió Minho.
Dos minutos. Tal vez tres.
¿Están llegando más de esos monstruos? preguntó a Kyuhyun.
Él asintió.
¡Mierda! No era bueno en una lucha como esa.
¿Cuánto tiempo llevará arreglar mi brazo?
Esta vez, estaba seguro, vio sus ojos brillar sólo un poco, un frío resplandor hambriento que le hizo sentir como una presa.
Sólo un momento, si estás dispuesto.
Lo estoy. Hazlo.
Yunho te va a matar si tomas su sangre dijo Minho.
Yunho no tiene voz en lo que me pase dijo Jaejoong. Ponte con ello.
Voy a necesitar tu sangre para recuperar mis fuerzas una vez que estemos fuera de peligro, lejos de aquí.
Va a haber un montón de sangre sobre la hierba si no te das prisa.
Estaba bastante seguro que sabía exactamente cómo planeaba tomar su sangre. La palabra vampiro resonó en su cabeza, poniéndole la carne de gallina. Sin embargo, si vivía lo suficiente para sangrar un poco, estaría bien para él. Generaría más sangre.
Kyuhyun extendió una elegante mano delgada alrededor de la base de su cuello y cerró los ojos. El calor se filtró por la piel, haciéndolo temblar. A medida que el calor aumentaba, comenzó a preocuparse. La piel de él estaba demasiado caliente. Iba a quemarlo. Tenía que apartarse.
Justo cuando pensó en moverse, sintió el otro brazo de él sujetarlo por la cintura, apretándolo contra su cuerpo. Era más fuerte de lo que parecía. Mucho más fuerte. Y se había equivocado sobre que era simplemente delgado, era prácticamente un esqueleto bajo la ropa, todos ángulos afilados y huesos irregulares.
No tengo tiempo ni fuerza para ser amable le susurró él con la voz tensa. Lo siento.
Jaejoong no estaba seguro de lo que quería decir hasta que sintió el hueso del brazo moverse y el dolor se convirtió en todo su mundo. Se deslizó a través de las venas y le cubrió de ampollas de dentro a afuera. Un grito brotó de él contra su voluntad. Un calor abrasador le quemó desde dentro como si le soldaran los huesos juntos. El incendio siguió y siguió hasta que se quedó sin aliento para gritar y el sudor le hubo empapado la ropa.



Finalmente, terminó. Sintió el brazo de él aflojarse, y se apartó. Él se tambaleó hacia atrás. Tenía los ojos en blanco como si se hubiera desmayado, y él se apresuró a agarrarlo antes de que su cabeza golpeara en el cemento.
Su peso muerto era difícil de manejar, pero se las arregló para suavizar su caída al suelo. El brazo izquierdo le dio una punzada, pero funcionó, y eso era lo que realmente importaba.
Jaejoong no perdió tiempo en comprobar si estaba bien. No había nada que pudiera hacer por él ahora excepto mantener a los monstruos apartados hasta que pudieran estar todos fuera de este infierno.
Fue a buscar su escopeta, recargarla y montar guardia sobre el grupo.
¿Realmente crees que eso va a ayudar, pequeño? preguntó Minho, mirando su arma.
Seguro como el infierno que hace daño.
Las espadas funcionan mejor.
Tal vez, pero sólo si sabes cómo usar una. Yo me quedo con lo que conozco.
Por mucho que me encantaría quedarme y luchar, necesitamos irnos de aquí dijo Minho.
No puedo estar más de acuerdo. ¿Alguna idea?
¿Puedes conducir?
En la distancia, él vio un débil par de brillantes ojos verdes.
Ahora puedo.
¿Crees que podrás arrastrar a Kyuhyun? ¿Meterlo en el coche?
Si eso es lo que tengo que hacer. Seguro.
Hazlo. Cargaré a Yunho y al chico tan pronto como haya acabado aquí y estaremos todos saliendo del infierno en el auto.


Pareció una eternidad, pero una por una, Yunho condujo cada pesadilla de Hyun Woo a la tierra. Ni siquiera el ácido poder del miedo era lo suficientemente fuerte como para dañar las piedras bajo él.
Yunho se retiró de la mente del niño, jadeando en busca de aire. Se dejó caer de cansancio, pero unos fuertes brazos lo sujetaron. Estaba demasiado cansado para abrir los ojos y ver quién estaba allí.
¿Puedes levantarte? preguntó Minho.
Su voz estaba cerca. Era el que evitaba que Yunho cayera al suelo.
—Todavía no. Dame un minuto.
Estaba jadeando y su debilidad le rechinaba los nervios. No quería mostrarle el más mínimo indicio de debilidad a Jaejoong o darle ninguna otra razón para que lo rechazara. Tenía que ser fuerte y demostrarle que era digno.
¿Va a estar bien Hyun Woo? preguntó Jaejoong.
Su voz fluyó sobre él como limpia agua fresca, restaurando alguna de las fuerzas que sus esfuerzos habían agotado. Quería acercarse a él y sentir su piel bajo la punta de los dedos, pero los brazos no le escucharon y se quedaron bloqueados alrededor del cuerpo de Hyun Woo.
Yunho asintió con la cabeza en respuesta a su pregunta, pero incluso ese pequeño movimiento estaba agotándole. El cuerpo estaba magullado desde el interior, y no estaba seguro de si estaba lo suficientemente fuerte como para ponerse en pie. Eliminar las pesadillas de Hyun Woo le había hecho mella en el cuerpo, y no sabía cuánto tiempo le llevaría recuperarse.
Está durmiendo ahora jadeó Yunho. Pero se despertará pronto y, cuando lo haga, necesitará a sus padres con él —sólo el suave tacto de una madre y el protector abrazo de un padre iban a terminar el proceso de sanación que Yunho había comenzado.
No hay tiempo para conversar dijo Minho. Necesitamos comenzar a movernos.



Un profundo aullido Orochi rompió el silencio previo al amanecer. Estaba cerca, y Yunho no estaba en condiciones de luchar.
Ayúdame a levantarme y me recuperaré en el coche.
Yunho se obligó a abrir los ojos, esperando que se asentara el estómago revuelto. No creía que vomitando en las botas de Jaejoong fuera a ganar ningún punto.
Déjame coger a Hyun Woo dijo Jaejoong. El corto cabello castaño reflejaba la luz de la lámpara sobre la cabeza. La postura era rígida y los ojos azules mostraban desconfianza. No quiero que le dejes caer.
Grandioso. Ahora él pensaba que no podía ni siquiera cargar con un niño pequeño. Fantástico. Casi le dijo que nunca haría eso, pero los brazos le temblaban y estaba lo suficientemente débil como para no arriesgarse. Incluso aunque pareciera un pelele, al menos el chico estaría a salvo.
Jaejoong tomó el peso inerte del niño en los brazos justo cuando dos Orochi más rompieron a través de una distante línea de árboles.
Se acabó el tiempo dijo Minho, y tiró de Yunho cruzando el aparcamiento al SUV que había dejado arrancado.
Las piernas de Yunho justo habían comenzado a cooperar cuando Minho lo empujó por la puerta de atrás. Se deslizó al extremo del asiento, haciendo espacio para que Jaejoong se uniera a ellos.
No lo hizo. De hecho, ni siquiera estaba detrás de él. Ya estaba en su propio vehículo ‑un destartalado Ford que parecía como si hubiera sido el perdedor de una pelea o dos‑ encabezando calle abajo y alejándose de los demonios Yokai que se aproximaban.
¡Se está yendo! gritó Yunho.
Estamos justo detrás de él. Tranquilo.
Minho cerró de golpe el SUV en marcha, y los neumáticos chirriaron mientras corría por la calle tras él. O al menos, debería haber estado allí, pero no lo estaba.
Yunho escudriñó las calles y no vio nada.
¿Dónde fue?
¿Cómo voy a saberlo? Hay un montón de calles laterales por aquí. Probablemente tomó una de ellas.
Encuéntralo, maldita sea —la desesperación hacía las palabras afiladas y amenazadoras.
Tenemos una pareja de Orochi a nuestras espaldas, así que tal vez encontrarlos a ellos no sea lo mejor ahora mismo. Al menos, si los Yokai nos siguen a nosotros, no les seguirán a ellos.
Yunho miró por encima del hombro, y efectivamente, había dos demonios en su parachoques, manteniendo el ritmo del SUV como si todavía estuviera detenido. De ninguna manera podían llevar esas cosas tras Jaejoong y Hyun Woo.
Desvíate. Encontraremos un lugar para eliminarlos y después iremos tras él. Kyuhyun le encontró una vez. Podrá encontrarla de nuevo.
Yunho esperaba que no fuera sólo una expresión de sus deseos.
El Susano estaba desplomado en el asiento delantero, con la cabeza colgando como una muñeca de trapo cuando Minho giró a la derecha bruscamente.
Si recupera la conciencia antes del amanecer, quieres decir.
El SUV aceleró, y los Orochi comenzaron a quedarse atrás, incapaces de seguir el ritmo.
Minho giró en una curva y llevó al SUV a una parada balanceante. Le disparó a Yunho un gesto a través del espejo retrovisor.
Hay buenas noticias y malas noticias. ¿Cuáles quieres primero?
Yunho todavía se sentía como el infierno ‑débil y frágil‑ pero al menos las piernas estaban más fuertes. Minho saltó del vehículo mientras Yunho se apeaba de algún modo, luego, él y Minho, se quedaron de pie en un campo recién arado.
Los Orochi los vieron allí y cargaron.
Las buenas noticias estarían bien ahora.
Kyuhyun será capaz de encontrar a Jaejoong no importa cuándo, así que no tienes que preocuparte por eso.
Eso era más que buenas noticias, eran grandiosas noticias. No iba a perderlo.
Entonces, ¿cuáles son las malas noticias?
Yunho levantó su espada y se preparó para la carga de los demonios. Minho hizo lo mismo.
Kyuhyun puede encontrarlo porque le sanó el brazo roto. Él le debe sangre.
Pagaría la deuda de él. De ninguna manera iba a dejar a Kyuhyun introducirle los colmillos en su bonito cuello, o en cualquier otro lugar.
Sobre mi cadáver dijo Yunho.
Minho se burló una vez más.
Si te sientes tan mierda como parece, ese puede muy bien ser el caso. Levanta la jodida espada, hombre.
El Orochi más cercano saltó en el aire.
Yunho lanzó un corte al demonio, pero tenía los brazos débiles, el objetivo se puso fuera de alcance, y en lugar de golpear cualquier punto vital, sólo logró amputarle una pierna. La cosa aterrizó fuertemente, aullando de dolor, y se apresuró torpemente a levantarse.
Sentía la espada pesada, era la prueba de que no estaba completamente recuperado de la sanación de la mente de Hyun Woo. Pero pesada o no, había estado luchando contra esas cosas durante siglos y sabía qué hacer. El cuerpo siguió las órdenes y fintó a la derecha, engañando al Orochi a pensar que había dejado el flanco sin protección. Sus dientes brillaron en un enfermizo amarillo cuando fueron hacia esa apertura. Yunho cambio el peso en el último segundo y condujo la espada a través del cráneo del Orochi antes de que sus dientes pudieran conectar.
Se retorció allí, todavía aferrado a la vida, arañando hacia él con sus garras delanteras. Yunho retorció la espada y finalmente el Orochi quedó inerte.
Yunho había matado a la cosa, pero estaba respirando con mucha dificultad y apenas era capaz de recuperar la espada. Minho le miró, de pie sobre su propio asesinato, al que había cortado limpiamente en dos, o no tan limpiamente, teniendo en cuenta lo que escapaba de la tripa del Orochi.
Te llevó bastante tiempo.
Podías haberme echado una mano.
Minho se encogió de hombros.
¿Qué tendría eso de divertido?
Yunho pasó la espada por la hierba para limpiar la aceitosa sangre negra de ella. Las manos le temblaban lo suficiente como para cabrearlo. No podía permitirse el lujo de ser débil ahora mismo, no con Jaejoong por ahí, debiendo una deuda de sangre a uno de los Susano's.


¿Está ya Kyuhyun despierto? preguntó Yunho.
Minho comprobó el asiento delantero.
No. Sigue frío.
Excelente. Ahora ¿cómo vamos a encontrarlo?
Puedes buscar su número de matrícula.
Podría si lo tuviera.
Minho recitó el número.
¿Cómo sabes eso?
Lo vi cuando arranqué tras él.
Así lo hice yo, pero no lo recordaba.
Minho se encogió de hombros.
No es gran cosa. Recuerdo números y mierdas así cuando las veo.
Yunho dio a Minho una palmada en el hombro, disfrutando del modo en que el contacto físico le hacía retorcerse incomodo.
Eres como una especie de genio, hombre.
Sí, del tipo que va a sacarte el infierno a golpes si no dejas de hablar de ello y me quitas las manos de encima.
Yunho levantó las manos en señal de rendición, pero no podía ocultar la sonrisa.
Sólo estoy diciendo que es un truco genial el que tienes ahí, cabeza de huevo.
Que te jodan.
Yunho no conocía a Minho bien. Solía pasar solo la mayor parte del tiempo, manteniéndose a distancia del resto de los Amaterasu. Yunho había estado bastante seguro de que no le iba a gustar el solitario, pero el tiempo le había demostrado que estaba equivocado. Minho estaba siendo más aceptable para él. Y era útil como el infierno.
Voy a llamar a Baekho para que rastree su matrícula. ¿Te importa quedarte vigilando?
Lo que sea.
Yunho se sentó en el suelo junto al SUV para dejar que el cuerpo se recuperarse, sacó el teléfono móvil, y llamó al jefe de seguridad del recinto.
Es mejor que sea bueno fue como Baekho respondió al teléfono, con la voz arenosa, como si no la hubiera usado durante días. Tal vez no lo había hecho. Baekho era un poco un recluso, eligiendo quedarse en su tecno guarida la mayoría de las veces.
Yo, uh, he conocido a alguien esta noche. Te necesito para que hagas una verificación de antecedentes sobre él.
¿Qué, te pidió dinero prestado o algo así?
No ese tipo de antecedentes dijo Yunho.Él nos ayudó a salvar a un niño de algunos Yokai esta noche. Te necesito para saber si él golpeó el radar de alguien más.
¿Sólo nuestro radar o el de los Susano's y los Cazadores también?
Yunho miró a Kyuhyun. Por lo que podía decir, el Susano estaba todavía inconsciente. Bien.
Cualquiera.
¿Crees que es una Ningyo? preguntó Baekho, usando el termino para un humano que trabajaba para los Yokai a cambio de dinero o poder.
No, pero se enfrentó a varios Yokai armado sólo con una escopeta.
Yunho todavía se acordaba de la manera en la que él se había quedado allí firme, con los pies separados en una posición de batalla. No estaba seguro de si estaba más impresionado por su valentía o asustado por su ignorancia. Podía haber sido asesinado, y si era quien pensaba que era, era demasiado importante para él como para dejarlo asumir ese riesgo nunca más. Su vida era demasiado preciosa como para arriesgarse.
No, mierda Baekho dejó escapar un impresionado gruñido. Probablemente sólo sea uno de esos valientes humanos con más coraje que cerebro. Dijiste que había un niño involucrado. Mucha gente puede hacer cosas asombrosas cuando hay un niño en juego.
Tal vez, pero algo me dice que hay más que eso.
No iba a contarle a Baekho que había negociado con Kyuhyun para cazarla, y él sabía que era pura sangre, por lo menos. La mayoría de los Amaterasu sospechaban de los Susano, incluso a pesar de que sus razas estaban actualmente en paz la una con la otra. Su negocio era vinculante y no era el tipo de cosa con la que reaccionarían bien los otros hombres en el recinto. Lo ataba al Susano y le ponía en desventaja si la paz no se mantenía.
¿Más? ¿Cómo qué? Preguntó Baekho. Nos gustaría saber si es uno de los nuestros. Habría estado usando el anillo de los Pami. ¿Viste alguno?
Tal vez olvidó ponérselo, o tal vez se lo están cambiando de tamaño —las excusas sonaban ridículas incluso para sus propios oídos.
O tal vez sólo hizo un infierno de un trabajo de nieve y sea realmente un Ningyo. Dime que no lo dejaste escapar antes de que pudieras preguntarle o al menos ponerle una marca de sangre.
Tenía que llevar al chico a un hospital. Minho tiene su número de matrícula. No irá muy lejos.
¿Cuál es su nombre?
Kim Jaejoong. Matrícula de Hokkaido —le dio a Baekho su número de matrícula.
Yunho oyó una rápida serie de tecleos y esperó que Baekho obrara su magia. Tenía acceso a más información ‑tanto de los humanos como de Caballero de la Luz‑ que cualquier otro hombre vivo.
Unos pocos segundos más tarde, Baekho dejó escapar un suave silbido.
No es difícil de encontrar, eso es seguro. El nombre está plasmado sobre todos los periódicos. Es un buscador de niños perdidos, una de esas personas que los padres contratan cuando su hijo se pierde y la policía y el FBI no pueden ayudar. Al parecer, es bastante bueno con eso, también. Tan bueno que la policía tiene una etiqueta con su nombre para mantener un ojo sobre él. Parece que piensan que en realidad podría estar detrás de algunos de los secuestros.
Porque no pueden encontrar a los chicos, pero él sí puede adivinó Yunho.
Suena bastante correcto. Aquí dice que sólo toma ciertos casos.
¿Puedes tener una idea de qué tipo de casos coge? preguntó Yunho.
Unos pocos tecleos rápidos más y un momento de silencio a continuación antes de que Baekho dijera:
Yunho, hombre, creo que tenemos un problema.
¿Qué?
Has encontrado un cazador de Yokai de buena fe. Un humano sin conexiones o soporte de ninguno de los Caballeros de la Luz por lo que puedo ver. Lo que significa…
Lo que significa que mejor la encuentro rápido o se va a meter en una situación que podría matarlo.
Yunho no tenía más tiempo que perder. Se obligó a ponerse de pie.
No podemos perderlo ahora, ¿verdad? dijo Baekho. Yunho escuchó a alguien hablando por detrás, entonces Baekho bajó la voz tanto que Yunho apenas pudo oírle. No vas a creer quién acaba de entrar.
¿Quién?
Espera un segundo. Ella quiere hablar contigo. Voy a escribirte esa dirección.
Hubo unos sonidos de arañazos y Baekho le pasó el teléfono a alguien, luego llegó una voz por la línea. Era alta e infantil pero imbuida en un aire inconfundible de mando. Victoria. La única entre su pueblo dotada con la capacidad de ver el futuro. Cuando ella hablaba, todos escuchaban.
Amaterasu dijo Victoria. Debemos hablar.
Yunho apenas escondió su asombro. Ella le había hablado dos veces en el pasado siglo, incluyendo ahora, y ambas veces habían sido en el último mes. Sin duda tanta atención no podía ser una buena cosa.
Sí, mi señora.
Lo has encontrado —no era una pregunta.
¿Él? ¿Quieres decir a Jaejoong?
Jaejoong dijo ella lentamente, como si de repente reconociera el nombre. Sí. Jaejoong. Tráemelo.
Yunho se debatió entre dejar o no que Victoria supiera que a pesar de que la había encontrado, le había perdido de nuevo. Definitivamente le encontraría, pero podría llevarle un poco. Se cubrió, diciendo:
No estoy seguro de que quiera venir conmigo.
Entonces átalo. Entrégalo inconsciente. Haz lo que debas, pero tráemelo.
¿Puedo preguntar por qué?
Yo… le necesito.
¿Para qué? preguntó Yunho.
Por mucho que respetara a Victoria y su don, no iba a meter a Jaejoong en algo feo.
Haz lo que te dicen, Amaterasu —su pura voz de niña resonó con un extraño tipo de poder que hizo que el pelo de la nuca se le erizara.
No puedo ahora mismo. No está conmigo.
¿Dónde está?
No lo sé.
Encuéntralo. Tráelo. Hoy. Si fallas, las repercusiones serán… lamentables.
Eso no sonaba bien.
Haré lo que pueda prometió.
El poder de su promesa se envolvió a su alrededor cuando se ató a su palabra, haciéndole difícil respirar por un momento.



Vigila lo que haces. Su presencia es vital. Para ambos.
La línea quedó en silencio y Yunho se metió el teléfono en el bolsillo.
Buenas noticias, a mi entender dijo Minho.
Más o menos, más o menos. ¿Puedes conducir?
Siempre. ¿Dónde vamos?
A encontrar a Jaejoong y llevárselo a Victoria.
No, mierda. ¿Victoria?
Sí.
Minho sacudió la cabeza.


Excelente. Si esa muñeca está involucrada, las cosas no puedes ser buenas.

Este fic es una adaptación, no es mío, yo sólo lo adapto. OJO NO ES MÍO YO SÓLO LO ADAPTO.
ORIGINAL: ECONTRANDO LO PERDIDO - SHANNON K. BUTCHER

PAREJA PRINCIPAL: YUNJAE

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